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Los últimos datos confirman las peores previsiones: la obesidad ya es una pandemia. De hecho, es la primera vez en la historia que el cómputo de personas con exceso de peso supera al de las que tienen problemas de desnutrición. De poco ha servido el llamamiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para atajar lo que considera "el mayor problema sanitario ignorado en el mundo", según el análisis comparativo de las políticas de nutrición en Europa divulgado por la organización con motivo de la conferencia ministerial celebrada a mediados de noviembre en Estambul (Turquía). En Europa, la obesidad se ha triplicado en sólo dos décadas. Ahora, casi un tercio de los habitantes del continente tiene exceso de peso, y algo más de uno de cada diez es obeso. Si tomamos el ejemplo español, en el que las autoridades sanitarias han elaborado diferentes planes preventivos, se observa que la enfermedad sigue campando por sus respetos. La comparativa de Reuters y Europanel, un análisis de 16 países, (EEUU, Reino Unido, Holanda, España, Alemania, Bélgica, Brasil, Austria, Francia, Malasia, Italia, Tailandia, Filipinas, Taiwan, Vietnam y Corea), sitúa a España en el cuarto puesto de la lista de estados en los que es mayor el porcentaje de obesos que ejerce la función de consumidor principal en la unidad familiar (ver gráfico). Esto significa que la persona responsable de elegir los productos de alimentación que entran en la casa tiene, de entrada, un problema relacionado precisamente con los alimentos. Cuando se trata de nutrición, además, los movimientos políticos no siempre llegan a buen puerto, dada la dificultad de aunar voluntades en las que se combinan elementos de salud, preferencias de consumo y actividad económica. De hecho, el convenio firmado entre el Ministerio de Sanidad y Consumo y la Federación Española de Cadenas de Restauración Moderna (Fehrcarem) contra la obesidad quedó anulado los últimos días de 2006, según anunció la ministra de Sanidad, Elena Salgado. Aunque la ruptura del acuerdo fue producto de una vulneración de su contenido por parte de Burger King, según la explicación del ministerio, lo cierto es que el mundo de la publicidad nunca ha acabado de atenerse a los principios del código de autorregulación conocido como PAOS (Código de Autorregulación de la Publicidad de Alimentos Dirigida a Menores, Prevención de la Obesidad y Salud). Sobre la presentación de los productos de alimentación, por ejemplo, el PAOS establece que no deberá inducir a error a los menores sobre los beneficios derivados de su uso. Entre ellos, señala de forma específica "la adquisición de fortaleza, estatus y popularidad". Sin embargo, y sin que se haya armado tanto revuelo, hay campañas publicitarias de aperitivos algunas dirigidas de forma muy concreta a niños y jóvenes que han seguido utilizando el reclamo del éxito social, y se han divulgado sin mayores problemas, fundamentalmente a través de la televisión. Otra norma descaradamente vulnerada es la que indica que "la publicidad de alimentos o bebidas dirigidas a menores no podrá mostrar personajes conocidos o famosos entre el público en general que gocen de un alto grado de popularidad entre el público infantil". Y es que, pese a la consigna, los ídolos, sobre todo deportivos, son protagonistas frecuentes de campañas publicitarias de productos de alimentación, y su objetivo son precisamente los niños y adolescentes. Estas vulneraciones del código PAOS son numerosas y preceden, con mucho, a la campaña de Burger King sobre hamburguesas de gran tamaño. Según la reflexión común divulgada en la reunión de la OMS en Estambul, los elementos para implantar con éxito planes de acción en materia de nutrición son tan complejos como el entorno obesogénico que explica la enorme prevalencia de la enfermedad. En primer lugar, indica que es necesario encontrar la combinación adecuada entre "recursos humanos, financieros y de tiempo en el diseño de la planificación". Además, se impone llegar a acuerdos muy definidos sobre los objetivos que realmente pueden alcanzarse y sobre las prioridades que regirán el plan en su conjunto. Por otra parte, se propone la creación de instituciones responsables de la coordinación, la puesta en marcha y el control de cada plan. Al mismo tiempo, debe reforzarse la colaboración entre representantes de los sectores implicados, reforzar el compromiso político con los planes con argumentos basados en cálculos de costes y beneficios, definir las responsabilidades específicas de los implicados en la política de nutrición, crear alianzas y definir con precisión una serie de indicadores que sirvan para evaluar la política en cuestión. Incluso cuando se trata de niños y adolescentes, incluidos los menores de 10 años, el sobrepeso y la obesidad incrementan notablemente la factura sanitaria de los gobiernos. Según un informe que publica este mes Archives of Pediatrics & Adolescente Medicine, la repercusión de ambas condiciones en la balanza de pagos del sector sanitario es comparable a la observada en la población de adultos. El estudio de Reuters y Europanel apunta particularidades nacionales que pueden servir a las estrategias políticas para detener el avance de la obesidad. Entre los países estudiados, EEUU es el que tiene mayor proporción de consumidores obesos responsables de proveer de alimentos a sus familias: el 35 por ciento de los compradores tiene obesidad. Los países asiáticos (Taiwan, Vietnam y Corea) son, como es habitual, los que ostentan menores porcentajes. En términos de demografía, los consumidores obesos suelen proceder de estratos sociales menos favorecidos cuando se estudia el fenómeno en el ámbito europeo. Sin embargo, no es así en Asia, donde los obesos pertenecen en mayor proporción a clases altas. En la mayor parte de los países estudiados, los obesos también tienden a consumir cantidades más voluminosas y a gastar más dinero que los consumidores con peso saludable. En cuanto a las categorías de productos, se identificaron ciertas preferencias que diferencian a los consumidores 'saludables' y a los obesos. En Alemania, por ejemplo, los segundos son más proclives a comprar refrescos, carne y helados. En su cesta de la compra escasean los zumos de fruta, los productos lácteos y el agua. |
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lunes, 8 de enero de 2007
Pandemia de la obesidad escapa a las estrategias de control
sábado, 6 de enero de 2007
Ácidos Grasos Desnaturalizados contra Ácidos Grasos Esenciales
Ácidos Grasos Desnaturalizados contra Ácidos Grasos Esenciales
Los Ácidos Grasos Desnaturalizados presentes en los alimentos, son sustancias artificiales creadas por la industria alimentaria, sumamente tóxicas
Por Lic. Nut. Miguel Leopoldo AlvaradoEmpezaré por explicar que existen dos ácidos grasos esenciales que deben forzosamente ser proveídos diariamente por los alimentos, se trata de dos ácidos grasos poliinsaturados de 18 carbonos, los cuales son: el ácido linoleico con dos instauraciones o enlaces dobles iniciadas en la posición omega 6 de la cadena de átomos carbono; y el ácido alfa linolénico con dos instauraciones o enlaces dobles iniciados en la posición omega 3 de la cadena de átomos carbono.
Estos dos ácidos grasos son considerados esenciales porque por una parte el organismo humano, al igual que todos los mamíferos, es incapaz de sintetizarlos, y por otra parte su presencia es necesaria para la vida y para la salud, y su insuficiencia y/o carencia, puede desencadenar un síndrome característico identificado y descrito en los años 30s, en casos graves y crónicos producir la muerte.
El ácido araquidónico derivado del ácido linoleico, es un ácido graso de 20 carbonos y tres instauraciones iniciadas en la posición omega 6 de la cadena de carbonos. Este ha sido considerado muchas veces como un acido graso esencial, pero en realidad es semiesencial, puesto que si el organismo cuenta con el abastecimiento de acido linoleico, el ácido araquidónico se puede sintetizar a partir de el.
El organismo humano requiere de un suministro suficiente y constante de los dos ácidos grasos esenciales para mantener la salud, prevenir y/o revertir enfermedades.
Pero, la industria alimentaria ha pervertido ese suministro con la creación de ácidos grasos alterados, con estructura y propiedades físicas y químicas distintas a las naturales, cuya única utilidad es incrementar la vida de anaquel de sus productos comerciales (sucedáneos de los alimentos naturales).
Los productos creación de la industria alimentaria, ya sean aceites, hidrogenados o no hidrogenados, margarinas, cremas vegetales, mantecas vegetales, mayonesa, y todo "alimento" que contenga estos ingredientes, son fuente abundante de ácidos grasos desnaturalizados, que sustituyen en la alimentación humana a los ácidos grasos naturales y esenciales.
Entre los ácidos grasos desnaturalizados por la industria alimentaria encontramos los siguientes:
- Ácidos grasos cis-trans, más conocidos solamente como ácidos grasos trans. Son ácidos grasos mono o poliinsaturados cuya configuración enroscada cis-cis, se ha transformado por acción del calor (la estructura se transforma a temperaturas de 45 grados centígrados), en una configuración lineal denominada cis-trans.
- Ácidos grasos rancios, que son ácidos grasos oxidados. Son ácidos grasos bastante tóxicos. La oxidación se realiza en presencia del oxígeno y se cataliza por el calor.
- Ácidos grasos parcialmente hidrogenados. Son ácidos grasos mono o poliinsaturados a los que en uno de los enlaces dobles o huecos de la cadena de carbonos, se ha introducido de manera artificial un átomo de hidrogeno.
- Ácidos grasos totalmente hidrogenados. Son ácidos grasos mono o poliinsaturados a los que en todos sus enlaces dobles o huecos de la cadena de carbonos, se han introducido de manera artificial átomos de hidrogeno, creando una molécula artificial de ácido graso saturado.
- Estos cuatro tipos de transformación química producida en los ácidos grasos mono y poliinsaturados modifican no solo la estructura de la molécula original (natural), sino también sus propiedades físicas y químicas haciéndolos biológicamente inactivos y tóxicos. Por ejemplo: se modifica su punto de fusión, su punto de ebullición, su punto de evaporización, su reactividad química, y se nulifica su capacidad de ser sustrato de las enzimas de las vías metabólicas que conducen a la formación de eicosanoides de las tres series conocidas.
Es importante notar que aun cuando un aceite no haya sido sometido a un proceso de hidrogenación y carezca de ácidos grasos parcial o totalmente hidrogenados, va a ser sin embargo, una fuente importante de ácidos grasos cis-trans, y de ácidos grasos rancios, dos tipos de ácidos grasos desnaturalizados altamente tóxicos.
En consecuencia, la medida anunciada hace unos años en Nueva York de prohibir en los restaurantes y otros establecimientos de comida la utilización de aceites parcial o totalmente hidrogenados, es desde luego un gran avance, porque se suprimen dos ácidos grasos sumamente nocivos para la salud, pero dejan presentes en los alimentos dos tipos de moléculas de ácidos grasos tóxicos: los trans, y los rancios, además de otros graves inconvenientes para la salud.
Es una falacia que con prohibir los aceites hidrogenados se eliminen de la dieta los ácidos grasos trans y sus nefastas consecuencias para la salud. Estos ácidos grasos desnaturalizados, continuaran estando presentes en todos los alimentos que hayan sido confeccionados con aceites industrializados, y continuarán produciendo estragos en la salud de todas las personas que los consumen.
Quiero insistir en que es una aberración semántica afirmar que el nombre de ácido graso trans se deriva de ácido graso transformado, o de ácido graso transgénico, y también afirmar que si un aceite o grasa no esta hidrogenado, no contiene ácidos grasos trans, o bien que ácido graso trans es = a un ácido graso hidrogenado. Quiero dejar bien claro, el nombre de ácido graso trans se refiere a una configuración químico molecular.
EFECTOS PATOLÓGICOS DEMOSTRADOS QUE, PRODUCEN LOS AGTs:
- Disminución de colesterol HDL, lipoproteínas "buenas".
- Incrementos de colesterol LDL, lipoproteínas "malas".
- Incremento del índice aterogénico en el perfil de lípidos
- Incremento en suero sanguíneo del colesterol total entre de 20-30 miligramos %.
- Se han relacionado con el poco peso de los infantes a la hora de nacer.
- Descenso de la respuesta de las células a la insulina, lo cual puede tener efectos indeseables de los diabéticos.
- Incremento de los niveles de insulina en la sangre de los humanos como respuesta de la carga de glucosa, los que incrementa el riesgo de la diabetes ocasionando al parecer por una mayor resistencia a la insulina.
- Afectan la respuesta inmune por la baja eficiencia de la respuesta de las células B y el incremento y proliferación de las células T.
- Hacen decrecer los niveles de testosterona, incrementando el nivel de esperma anormal e interfiere con la gestación femenina.
- Inhiben las funciones de la membrana que se relaciona con las enzimas, como es el caso de la delta-6 desaturasa resultando en una decreciente conversión por ejemplo de ácido linoleico en ácido gamma linolénico y en ácido dihomogammalinolénico o ácido araquidónico.
- Causan diversas alteraciones en la actividad del sistema enzimático de los citocromos P-448 y P-450 que catabolizan las substancias químicas carcinógenas, drogas y medicamentos.
- Causan diversas alteraciones en las propiedades estructurales y funcionales de las membranas celulares y subcelulares, tales como las citomplasmáticas, nucleares y mitocondriales, alterando su estabilidad, fluidez, elasticidad y permeabilidad selectiva.
- Causan alteraciones en el tamaño y en el número de los adipositos, alterando la clase de lípidos y composición de sus ácidos grasos.
- Interfieren en la cadena metabólica de conversión de ácidos grasos omega 3 de origen vegetal en sus derivados más largos y más insaturados EPA y DHA. Provocando los efectos adversos típicos de una carencia de ácidos grasos omega 3.
- Incrementan peligrosamente la formación de radicales libres y la peroxidación lipídica. Lo que aumenta la producción de levuglandinas y lipofuscina pigmento senil que se acumula en el cerebro, corazón, nervios y piel alterando el funcionamiento celular.
Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado Saldaña
Fundador y presidente.
http://www.milealsa-life-and-health-coach.live/
Ácidos Grasos Desnaturalizados contra Ácidos Grasos Esenciales
Los Ácidos Grasos Desnaturalizados presentes en los alimentos, son sustancias artificiales creadas por la industria alimentaria, sumamente toxicas
Por Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado
Empezaré por explicar que existen dos ácidos grasos esenciales que deben forzosamente ser proveídos diariamente por los alimentos, se trata de dos ácidos grasos poliinsaturados de 18 carbonos, los cuales son: el ácido linoleico con dos instauraciones o enlaces dobles iniciadas en la posición omega 6 de la cadena de átomos carbono; y el ácido alfa linolénico con dos instauraciones o enlaces dobles iniciados en la posición omega 3 de la cadena de átomos carbono.
Estos dos ácidos grasos son considerados esenciales porque por una parte el organismo humano, al igual que todos los mamíferos, es incapaz de sintetizarlos, y por otra parte su presencia es necesaria para la vida y para la salud, y su insuficiencia y/o carencia, puede desencadenar un síndrome característico identificado y descrito en los años 30s, en casos graves y crónicos producir la muerte.
El ácido araquidónico derivado del ácido linoleico, es un ácido graso de 20 carbonos y tres instauraciones iniciadas en la posición omega 6 de la cadena de carbonos. Este ha sido considerado muchas veces como un acido graso esencial, pero en realidad es semiesencial, puesto que si el organismo cuenta con el abastecimiento de acido linoleico, el ácido araquidónico se puede sintetizar a partir de el.
El organismo humano requiere de un suministro suficiente y constante de los dos ácidos grasos esenciales para mantener la salud, prevenir y/o revertir enfermedades.
Pero, la industria alimentaria ha pervertido ese suministro con la creación de ácidos grasos alterados, con estructura y propiedades físicas y químicas distintas a las naturales, cuya única utilidad es incrementar la vida de anaquel de sus productos comerciales (sucedáneos de los alimentos naturales).
Los productos creación de la industria alimentaria, ya sean aceites, hidrogenados o no hidrogenados, margarinas, cremas vegetales, mantecas vegetales, mayonesa, y todo "alimento" que contenga estos ingredientes, son fuente abundante de ácidos grasos desnaturalizados, que sustituyen en la alimentación humana a los ácidos grasos naturales y esenciales.
Entre los ácidos grasos desnaturalizados por la industria alimentaria encontramos los siguientes:
- Ácidos grasos Cis-Trans, más conocidos solamente como ácidos grasos trans. Son ácidos grasos poliinsaturados cuya configuración enroscada cis-cis, se ha transformado por acción del calor (la estructura se transforma a temperaturas de 45 grados centígrados), en una configuración lineal denominada cis-trans.
- Ácidos grasos rancios, que son ácidos grasos oxidados. Son ácidos grasos bastante toxicas. La oxidación se realiza en presencia del oxigeno y se cataliza por el calor.
- Ácidos grasos parcialmente hidrogenados. Son ácidos grasos mono o poli insaturados a los que en uno de los enlaces dobles o huecos de la cadena de carbonos, se ha introducido de manera artificial una molécula de hidrogeno.
- Ácidos grasos totalmente hidrogenados. Son ácidos grasos mono o poli insaturados a los que en todos sus enlaces dobles o huecos de la cadena de carbonos, se ha introducido de manera artificial moléculas de hidrogeno, creando una molécula artificial de ácido graso saturado.
Estos cuatro tipos de transformación química producida en los ácidos grasos mono y poli insaturados modifican no solo la estructura de la molécula de los ácidos grasos, sino también sus propiedades físicas y químicas. Por ejemplo se modifica su punto de fusión, su punto de ebullición, su reactividad química, y su capacidad de ser sustrato de las enzimas de las vías metabólicas que conducen a la formación de eicosanoides de las tres series conocidas.
La presencia de ácidos grasos desnaturalizados produce en consecuencia un desorden o un caos químico que altera fundamentalmente las membranas celulares. Modifica la permeabilidad, selectividad, flexibilidad, elasticidad y fluidez de las membranas protoplasmáticas, mitocondriales, y nucleares, enfermando a las células y conduciéndolas finalmente a una muerte prematura. Esto deteriora los tejidos, acelera el envejecimiento y altera en si, todo el equilibrio y la homeostasis del organismo humano.
Es importante notar que aun cuando un aceite por ejemplo, no haya sido sometido a un proceso de hidrogenación y carezca de ácidos grasos parcial o totalmente hidrogenados, va a ser sin embargo, una fuente importante de ácidos grasos cis-trans, y de ácidos grasos rancios, dos tipos de ácidos grasos desnaturalizados altamente tóxicos.
En consecuencia, la medida anunciada recientemente en Nueva York de prohibir en los establecimientos de comida la utilización de aceites parcial o totalmente hidrogenados, es desde luego un gran avance, porque se suprimen dos ácidos grasos sumamente nocivos para la salud, pero quedan dos: los trans, y los rancios.
Es una gran mentira que con prohibir los aceites hidrogenados se eliminen de la dieta los ácidos grasos trans y sus nefastas consecuencias para la salud. Estos ácidos grasos desnaturalizados, continuaran estando presentes en todos los alimentos que hayan sido confeccionados con aceites industrializados, y continuaran produciendo estragos en la salud de todas las personas que los consuman.
Quiero insistir en que es una aberración semántica afirmar que el nombre de acido graso trans se deriva de acido graso transformado, o de acido graso transgénico, y también afirmar que si un aceite o grasa no esta hidrogenado, no contiene ácidos grasos trans, o bien que acido graso trans es = a acido graso hidrogenado. Quiero dejar bien claro, el nombre de acido graso trans se refiere a una configuración químico molecular.
EFECTOS PATOLÓGICOS QUE LOS INVESTIGADORES HAN DEMOSTRADO, PRODUCEN LOS AGTs:
- Disminución de colesterol HDL, lipoproteínas "buenas".
- Incrementos de colesterol LDL, lipoproteínas "malas".
- Incremento del índice aterogénico en el perfil de lípidos
- Incremento en suero sanguíneo de colesterol total entre de 20-30 miligramos %.
- Se relacionó con el poco peso de los infantes a la hora de nacer.
- Descenso de la respuesta de las células a la insulina, lo cual puede tener potencialmente efectos indeseables de los diabéticos.
- Incremento de los niveles de insulina en la sangre de los humanos como respuesta de la carga de glucosa, que incrementa el riesgo de la diabetes ocasionando al parecer una mayor resistencia a la insulina.
- Afectan la respuesta inmune por la baja eficiencia de la respuesta de las células B y el incremento y proliferación de las células T.
- Hacen decrecer los niveles de testosterona incrementando el nivel de esperma anormal e interfiere con la gestación femenina.
- Inhiben las funciones de la membrana que se relaciona con las enzimas, como es el caso de la delta-6 desaturasa resultando en una decreciente conversión por ejemplo de ácido linoleico en ácido gamma linolénico y en ácido dihomogammalinolénico o ácido araquidónico.
- Causan diversas alteraciones en la actividad del sistema enzimático de los citocromos P-448 y P-450 que catabolizan las substancias químicas carcinógenas, drogas y medicamentos.
- Causan diversas alteraciones en las propiedades estructurales y funcionales de las membranas celulares y subcelulares, tales como las citomplasmáticas, nucleares y mitocondriales, alterando su estabilidad, fluidez, elasticidad y permeabilidad selectiva.
- Causan alteraciones en el tamaño y en el número de los adipositos, alterando la clase de lípidos y composición de sus ácidos grasos.
- Interfieren en la cadena metabólica de conversión de ácidos grasos omega 3 de origen vegetal en sus derivados más largos y más insaturados EPA y DHA. Provocando los efectos adversos típicos de una carencia de ácidos grasos omega 3.
- Incrementan peligrosamente la formación de radicales libres y la peroxidación lipídica. Lo que aumenta la producción de levuglandinas y lipofuscina pigmento senil que se acumula en el cerebro, corazón, nervios y piel alterando el funcionamiento celular.