Los Ácidos Grasos Desnaturalizados presentes en los alimentos, son sustancias artificiales creadas por la industria alimentaria, sumamente toxicas
Por Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado
Empezaré por explicar que existen dos ácidos grasos esenciales que deben forzosamente ser proveídos diariamente por los alimentos, se trata de dos ácidos grasos poliinsaturados de 18 carbonos, los cuales son: el ácido linoleico con dos instauraciones o enlaces dobles iniciadas en la posición omega 6 de la cadena de átomos carbono; y el ácido alfa linolénico con dos instauraciones o enlaces dobles iniciados en la posición omega 3 de la cadena de átomos carbono.
Estos dos ácidos grasos son considerados esenciales porque por una parte el organismo humano, al igual que todos los mamíferos, es incapaz de sintetizarlos, y por otra parte su presencia es necesaria para la vida y para la salud, y su insuficiencia y/o carencia, puede desencadenar un síndrome característico identificado y descrito en los años 30s, en casos graves y crónicos producir la muerte.
El ácido araquidónico derivado del ácido linoleico, es un ácido graso de 20 carbonos y tres instauraciones iniciadas en la posición omega 6 de la cadena de carbonos. Este ha sido considerado muchas veces como un acido graso esencial, pero en realidad es semiesencial, puesto que si el organismo cuenta con el abastecimiento de acido linoleico, el ácido araquidónico se puede sintetizar a partir de el.
El organismo humano requiere de un suministro suficiente y constante de los dos ácidos grasos esenciales para mantener la salud, prevenir y/o revertir enfermedades.
Pero, la industria alimentaria ha pervertido ese suministro con la creación de ácidos grasos alterados, con estructura y propiedades físicas y químicas distintas a las naturales, cuya única utilidad es incrementar la vida de anaquel de sus productos comerciales (sucedáneos de los alimentos naturales).
Los productos creación de la industria alimentaria, ya sean aceites, hidrogenados o no hidrogenados, margarinas, cremas vegetales, mantecas vegetales, mayonesa, y todo "alimento" que contenga estos ingredientes, son fuente abundante de ácidos grasos desnaturalizados, que sustituyen en la alimentación humana a los ácidos grasos naturales y esenciales.
Entre los ácidos grasos desnaturalizados por la industria alimentaria encontramos los siguientes:
- Ácidos grasos Cis-Trans, más conocidos solamente como ácidos grasos trans. Son ácidos grasos poliinsaturados cuya configuración enroscada cis-cis, se ha transformado por acción del calor (la estructura se transforma a temperaturas de 45 grados centígrados), en una configuración lineal denominada cis-trans.
- Ácidos grasos rancios, que son ácidos grasos oxidados. Son ácidos grasos bastante toxicas. La oxidación se realiza en presencia del oxigeno y se cataliza por el calor.
- Ácidos grasos parcialmente hidrogenados. Son ácidos grasos mono o poli insaturados a los que en uno de los enlaces dobles o huecos de la cadena de carbonos, se ha introducido de manera artificial una molécula de hidrogeno.
- Ácidos grasos totalmente hidrogenados. Son ácidos grasos mono o poli insaturados a los que en todos sus enlaces dobles o huecos de la cadena de carbonos, se ha introducido de manera artificial moléculas de hidrogeno, creando una molécula artificial de ácido graso saturado.
Estos cuatro tipos de transformación química producida en los ácidos grasos mono y poli insaturados modifican no solo la estructura de la molécula de los ácidos grasos, sino también sus propiedades físicas y químicas. Por ejemplo se modifica su punto de fusión, su punto de ebullición, su reactividad química, y su capacidad de ser sustrato de las enzimas de las vías metabólicas que conducen a la formación de eicosanoides de las tres series conocidas.
La presencia de ácidos grasos desnaturalizados produce en consecuencia un desorden o un caos químico que altera fundamentalmente las membranas celulares. Modifica la permeabilidad, selectividad, flexibilidad, elasticidad y fluidez de las membranas protoplasmáticas, mitocondriales, y nucleares, enfermando a las células y conduciéndolas finalmente a una muerte prematura. Esto deteriora los tejidos, acelera el envejecimiento y altera en si, todo el equilibrio y la homeostasis del organismo humano.
Es importante notar que aun cuando un aceite por ejemplo, no haya sido sometido a un proceso de hidrogenación y carezca de ácidos grasos parcial o totalmente hidrogenados, va a ser sin embargo, una fuente importante de ácidos grasos cis-trans, y de ácidos grasos rancios, dos tipos de ácidos grasos desnaturalizados altamente tóxicos.
En consecuencia, la medida anunciada recientemente en Nueva York de prohibir en los establecimientos de comida la utilización de aceites parcial o totalmente hidrogenados, es desde luego un gran avance, porque se suprimen dos ácidos grasos sumamente nocivos para la salud, pero quedan dos: los trans, y los rancios.
Es una gran mentira que con prohibir los aceites hidrogenados se eliminen de la dieta los ácidos grasos trans y sus nefastas consecuencias para la salud. Estos ácidos grasos desnaturalizados, continuaran estando presentes en todos los alimentos que hayan sido confeccionados con aceites industrializados, y continuaran produciendo estragos en la salud de todas las personas que los consuman.
Quiero insistir en que es una aberración semántica afirmar que el nombre de acido graso trans se deriva de acido graso transformado, o de acido graso transgénico, y también afirmar que si un aceite o grasa no esta hidrogenado, no contiene ácidos grasos trans, o bien que acido graso trans es = a acido graso hidrogenado. Quiero dejar bien claro, el nombre de acido graso trans se refiere a una configuración químico molecular.
EFECTOS PATOLÓGICOS QUE LOS INVESTIGADORES HAN DEMOSTRADO, PRODUCEN LOS AGTs:
- Disminución de colesterol HDL, lipoproteínas "buenas".
- Incrementos de colesterol LDL, lipoproteínas "malas".
- Incremento del índice aterogénico en el perfil de lípidos
- Incremento en suero sanguíneo de colesterol total entre de 20-30 miligramos %.
- Se relacionó con el poco peso de los infantes a la hora de nacer.
- Descenso de la respuesta de las células a la insulina, lo cual puede tener potencialmente efectos indeseables de los diabéticos.
- Incremento de los niveles de insulina en la sangre de los humanos como respuesta de la carga de glucosa, que incrementa el riesgo de la diabetes ocasionando al parecer una mayor resistencia a la insulina.
- Afectan la respuesta inmune por la baja eficiencia de la respuesta de las células B y el incremento y proliferación de las células T.
- Hacen decrecer los niveles de testosterona incrementando el nivel de esperma anormal e interfiere con la gestación femenina.
- Inhiben las funciones de la membrana que se relaciona con las enzimas, como es el caso de la delta-6 desaturasa resultando en una decreciente conversión por ejemplo de ácido linoleico en ácido gamma linolénico y en ácido dihomogammalinolénico o ácido araquidónico.
- Causan diversas alteraciones en la actividad del sistema enzimático de los citocromos P-448 y P-450 que catabolizan las substancias químicas carcinógenas, drogas y medicamentos.
- Causan diversas alteraciones en las propiedades estructurales y funcionales de las membranas celulares y subcelulares, tales como las citomplasmáticas, nucleares y mitocondriales, alterando su estabilidad, fluidez, elasticidad y permeabilidad selectiva.
- Causan alteraciones en el tamaño y en el número de los adipositos, alterando la clase de lípidos y composición de sus ácidos grasos.
- Interfieren en la cadena metabólica de conversión de ácidos grasos omega 3 de origen vegetal en sus derivados más largos y más insaturados EPA y DHA. Provocando los efectos adversos típicos de una carencia de ácidos grasos omega 3.
- Incrementan peligrosamente la formación de radicales libres y la peroxidación lipídica. Lo que aumenta la producción de levuglandinas y lipofuscina pigmento senil que se acumula en el cerebro, corazón, nervios y piel alterando el funcionamiento celular.